Hace tiempo que tenía ganas de ser parte de este fenómeno social, una nueva forma de retórica (virtual), de comunicación informal... finalmente me hice de las ganas (bueh, las ganas siempre estuvieron, mas el tiempo no (ok, miento: el tiempo tampoco lo tenía pero se lo robé a mis estudios (en verdad soy demasiado honesta y sólo lo pedí prestado))) y le estoy dando vida a este pequeño espacio en el que compartiré un poco de la mía.

lunes, 20 de noviembre de 2006

El día en que el Hombre conoció a Dios

¿Pretendes desentrañar las cosas? Pues desentraña las palabras, que el nombrar es del existir la entraña. Hemos construido el sueño del mundo, la creación con dichos; sea tu empeño rehacer la construcción. Si aciertas a Dios a darle su nombre propio, le harás Dios de veras, y al crearle tú mismo te crearás....
Miguel de Unamuno

Estaba el Hombre un día leyendo a Miguel de Unamuno. No leía un libro cualquiera: leía la nivola Niebla. A medida que iba pasando las páginas, se daba cuenta de cuán parecida era la vida de Augusto Pérez (el protagonista) a la suya. La vida del Hombre era una vida como cualquiera, donde lo importante es él mismo y nadie más, donde su sucesiva y constante existencia construye los momentos que conforman su vida.

Y entonces fue mientras leía, cuando se preguntó si su vida, esa vida como las otras, y tan parecida a la de Augusto, no sería también un sueño, una historia, una invención creada por un ente superior. El Hombre cuestionaba su existencia. El Hombre estaba despertando. El Hombre no sabía que hacer.

Dadas las circunstancias, y los motivos que atormentaban su mente, el Hombre decidió enviarle una carta a su Creador. En ella exponía todos los motivos que le llevaban a cuestionar de su existencia, relacionaba su vida con la de Augusto y le preguntaba si Él no sería como Unamuno. Finalmente, lo invitaba cordialmente a su casa y le pedía que respondiera a la brevedad.

Al día siguiente que lo hiciera la carta, Dios llegó. Cuando el Hombre abrió la puerta, no podía creerlo. ¡Era su Creador en persona!. El Hombre lo miró de pies a cabeza, y vio que era como Él. Entonces se preguntó si él también podría crear y ser como Dios.

Al instante, el Hombre colmó el silencio con preguntas. Dios lo miró a los ojos y le dijo: Hijo mío, las cosas no son tan fáciles como tú piensas. Tú puedes hacer lo que te plazca, pero yo también puedo castigarte por ello. No puedes compararte conmigo: tú eres de carne y hueso, yo soy inmortal. Yo te he creado y no existes más que en mi mente.
¿Y si yo fuese más real que tú?
–preguntó el Hombre– ¿y si eres tú el creado por mi mente y no yo? Quién sabe, ¡tal vez yo sea el inmortal y no tú!

Las palabras del Creador habían llenado de ira al Hombre. Y mientras la ira se iba apoderando de él, fue dejando de creer en Dios.

Repentinamente, el Hombre vio ante sus ojos un espectáculo único: Dios se estaba desvaneciendo. Y así, mientras Dios se desvanecía, el Hombre también dejó de existir.

Sucedió así el día en que el Hombre conoció a Dios.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

La Javi, dificil describirte... supongo que la mejor manera de resumir la complejidad de los sentimientos que tengo hacia ti es decir que te admiro, es sorprendente como siempre estas un paso adelante del resto y como llegas y tomas lo que quieres no importa donde esta ni lo que cueste, no te voy a dar consejos de como ser feliz, pq ambos sabemos que eso es algo que a veces se consigue sin buscarlo y no es tan facil, aunque muchas cosas que te pueda decir estan demas yo creo que tal vez lo que te falta es empezar a creer un poco, jajaja, bueno como sea, te extraño y te quiero mucho, se que lograras todo lo que te propongas, ojala lo que te propongas valga la pena. Acuerdate que no estas sola.

Ricardo Monreal dijo...

El hombre es demasiado prepotente como para creerse superhombre o superior a otros. Lo seres humanos no somos nada sin otros seres (humanos o no) al rededor. No existe el superhombre, porque de ser asi no necesitaria a los demas y en ese mismo instante dejaria de ser un ser humano y volveria a ser un animal. Y eso no se porque aun no queda bien impregnado en la cabeza de la humanidad.
Aun cuando alguien descubra la fuente de la juventud eterna no sirve de nada si no la comparte con alguien.
Son tantas las personas de la tierra que pasan desapercibidas para mi, es como si no existieran. Y asi igual para muchas personas yo no existo.
Por eso me gustaria mas ser un ser humano cuya vida no pase desapercibida, que alguien me recuerde, y mientras mas personas mejor, en esa inmortalidad creo.
Por lo menos para mi (y los que postean en tu blog) no has pasado desapercibida y por eso debieras estar muy contenta.
Muchos Saludos y mucha suerte!

Blogalaxia